El crecimiento y la innovación van de la mano, ya que la innovación aumenta la competitividad tanto de empresas como de países. Existen varios pasos que pueden dar los gobiernos para incentivar la innovación, y la pandemia mundial ha subrayado la importancia del apoyo público a la investigación y el desarrollo como parte integral de una estrategia de desarrollo económico de largo plazo.
En medio de la presión siempre presente para reducir el gasto, es imperativo que las Américas continúen promoviendo e invirtiendo financieramente en foros locales y regionales de múltiples partes interesadas; el crecimiento sostenible a largo plazo depende de comunidades vibrantes entre industrias que brinden a los líderes empresariales un espacio para reunirse y dialogar sobre innovaciones, así como contribuir conjuntamente a la educación, el intercambio de conocimientos y el desarrollo de capacidades. Asimismo, proteger los presupuestos de ciencia, tecnología e innovación que respaldan la investigación y el desarrollo es fundamental para abordar los desafíos actuales y futuros de las Américas. Los gobiernos pueden ayudar a impulsar la innovación mejorando el acceso y la calidad de la educación y la formación.
Los gobiernos, en colaboración con el sector privado, deben trabajar para abordar la brecha de habilidades mejorando la relevancia de la educación y la capacitación en el mercado, con un enfoque en STEM, habilidades digitales, emprendimiento, idiomas extranjeros, y mejora y actualización de habilidades.
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